De momento no existe un hospital para que la gente se desintoxique de la tecnología, y si lo hay no me he enterado. Ahora no hay quien se despegue de su portátil, móvil, iPod, iPad, Black-Berry…y sus múltiple usos, como: el SMS, el Messenger, el WhatsApp, Facebook, Twitter. Ahora la gente se irrita si no tiene cobertura, hacen las mil y una para tener una rallita de cubertura.
Ahora grandes áreas es indispensable y casi obligatoria que ofrezcan Internet, y la verdad es que si miras a tu entorno puedes ver que la gente pasea con el móvil en la mano. Esto hace unos años no era así, ahora llevas a tus amigos en un pequeño y gran dispositivo. Algunos comentan que “es como si estuvieran contigo”.
Pero, el móvil se ha convertido en una artilugio tan indispensable que cuando vamos a comer ya lo ponemos al lado del tenedor para no perder pistonada de lo que pase. Quién podría haber dicho que una cosa tan pequeña se transformaría casi en una droga para muchos. Sin embargo, Roser Gatell presidenta de la Associació Catalana de Protocol i Relacions Insitucionals afirma: “El problema es que no existe un código deontológico sobre el buen uso de las nuevas tecnologías”. Gatell opina que deberían enseñarse las buenas maneras en la escuela, en la familia, en los medios de comunicación. “Y todos hemos de aprender a desconectarnos, no es bueno que estemos siempre pendientes de la señal que nos avisa de un correo o un mensaje”.
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