Educación digital: algunas cuestiones

La digitalización y la introducción de las nuevas tecnologías en la educación son procesos irreversibles, pero, tal como se viene haciendo en nuestro país, aún está por ver que contribuyan eficazmente a la mejora del sistema educativo. El empeño de dar un ordenador a cada estudiante tiene mucho que ver con la creencia en unos poderes sobrenaturales de las TIC que se traducirían en más y mejor aprendizaje. Pero la tecnología no produce por sí misma ese aprendizaje, del mismo modo que, en estos tiempos, no podemos hablar de un aprendizaje completo si se obvia el uso de las TIC.



Por tanto, se trata de encontrar el punto de unión entre mejora educativa y uso de las nuevas tecnologías, entre innovación y TIC. No es fácil. Frecuentemente el empleo de determinadas herramientas se convierte en un fin en sí mismo y repercute negativamente en la calidad del aprendizaje. Del mismo modo, el proceso de digitalización de los libros de texto, si no se hace correctamente, puede convertirse en un lastre para un verdadero cabio metodológico (en Twitter, #librodetesto reúne a una serie de docentes contrarios a cómo se está llevando a cabo este proceso: sirva de ejemplo esta Carta a los editores de loslibros de texto, de @jordi_a)
Esto trae consigo la incomprensión tanto de alumnoscomo de profesoresante la obviedad de que, para hacer lo que ya se estaba haciendo, no hacía falta este desembolso económico (miniportátiles, PDI, cursos de formación, libros digitales, …). Lo que se estaba haciendo: clases magistrales, ejercicios individuales, corrección de ejercicios, exámenes memorísticos, evaluación sólo de contenidos, uniformidad, escasa atención a la diversidad (por abajo, pero también por arriba), ritmo único de aprendizaje, … Las TIC, si han venido (y aunque hayan venido de esta forma), es para acabar con estas prácticas que están en la base de nuestro sistema educativo y, por tanto, conectadas íntimamente con los índices de fracaso escolar. Es evidente que si las prácticas no cambian, a pesar del uso de lasTIC, las tasas de fracaso se mantendrán en los inasumibles índices actuales.

Que cada alumno tenga un ordenador en el aula es el punto de partida para que comience a responsabilizarse de su propio aprendizaje, aprenda a su propio ritmo, profundice o no en las materias según sus gustos y necesidades, sea no sólo consumidor sino creador de nuevos contenidos (prosumidor) y, en fin, alcance las capacidades y competencias que esta sociedad le está exigiendo. Pero todo esto necesita de la incorporación de nuevos hábitos metodológicos de nuestro profesorado, nuevos planteamientos que las TIC no consiguen per se, sino que las propician. Si en unos años no se aprecia mejora en los resultados obtenidos por nuestros adolescentes, seguiremos exigiendo la responsabilidad de las autoridades educativas, pero tampoco dejaremos de señalar entonces la de nuestroprofesorado.

Viñeta de Néstor Alonso en Educacontic